Hace dos años, el poeta Brasileño Álvaro Alves de Faria venía por segunda vez a Salamanca a presentar uno de sus libros, invitado por Alfredo P. Alencart y el Centro de Estudios Brasileño. Hace dos años yo comencé a leer un librito (Residuos) que contenía versos como este:
PENSAMENTO
El tiempo no existe
entre las puertas y los fosos
de este lugar de palabras inmóviles
y gemidos desangrados.
No tengo reloj,
porque sería un arma
que podría facilitar el suicidio.
[…]
Y, si hasta este momento, mi faceta de traductora no se había centrado en trabajos concretos sino en traducciones aisladas y realizadas por amistad, ahora sabía que había encontrado al poeta que deseaba traducir: descubrí que al otro lado del océano un alma doliente puede transmitir en palabras todo ese miedo, frustración, dolor y rabia que la vida le había infligido. ¿Cómo olvidarme de este regalo que el destino había puesto en mis manos?
Llevo un año trabajando en la poesía de Álvaro Alves de Faria, manteniendo conversaciones con el poeta-persona, conociendo los porqués concretos de una poesía desgarradora y sangrante o de una poesía tierna de búsqueda de los orígenes. Llevo un año empapándome de su dolor y del mar salvador que lo acerca a la península y al lugar al que él desea regresar continuamente (Portugal), y lo estoy disfrutando, aprendiendo, aprehendiendo como hace tiempo no me ocurría. Una sorpresa más de este mundo de la poesía y sus laberintos.
Comencé con sus traducciones de una manera casi obsesiva, deseaba que mis allegados conocieran el alma poética de Alves. Pero la vida nos sorprende, alguna vez agradablemente, y lo que comenzó como un juego, verá la luz en el futuro de la mano de Linteo y con el apoyo de Antonio Colinas (que me está enseñando más belleza).
Y leí su prosa y disfruté de su búsqueda Pessoana, Ulisiana, … de los orígenes. Y tuve la necesidad de traducir ese pequeño libro que consigue dibujar en palabras un sentimiento universal que conocemos todos los que vivimos lejos de nuestro hogar.
[…]
3)
Soy, quizás, un pastor de mí mismo caminando distancias que me envuelven, como si así pudiese silenciarme más dentro de una habitación, contando sílabas que no se han dicho. Por ti, Julia, que te hiciste Reina en la aldea que guardo en mí, alabo tu gesto que en la ventana derramas, como desde la torre de un castillo donde habitas, el gusto de mi alma, mis lanzas imaginarias para atacar a enemigos en tu defensa y así merecer de ti la palabra que no concedes.
Y la vida, me ha sorprendido todavía más cuando Alves, agradecido y generoso, ha decidido publicar esa traducción: Cartas de Abril para Júlia. Y el propio profesor Pérez Alencart (Trilce ediciones), ha decidido ofrecer su editorial para ello. En breve la tendremos en nuestras manos. ¿Qué puedo decir? ¡A veces la vida nos sorprende gratamente!
A lo mejor, Ubuntu también es posible en Occidente. A lo mejor, la poesía y su esencia nos une más allá de fronteras. ¡La poesía no da miedo, da alegrías!
(Artículo publicado en salamancartv.es, día 28 de febrero de 2014)